Silvestre Byrón - Notes

LO ARTÍSTICO EN EL MUNDO INFANTIL

Una desinformación juzga la experiencia artística del menor como una amenaza autodestructiva o un capricho pasajero. Conclusión: cero arte en la existencia. Y un chico bobo en la familia.
Por definición el arte es puro movimiento. Noble o mecánico, lo artístico forma un carácter. Pintar un cuadrito o filmar una peliculita concentra un esfuerzo físico y mental que impulsa la acción. Con la guía de maestros el menor desarrolla una disciplina configurando un carácter proactivo y coeficiente. Proactivo porque es autoestimulado a la acción. Coeficiente porque domina la teoría y la práctica. El trabajo artístico también regula lo individual y lo colectivo. Se pinta en solitario, se filma en equipo. Su cuadrito o su peliculita se complementa con el comercio social. La exhibición pública de su obra coadyuva a la socialización. Lo artístico en el mundo infantil señala los primeros pasos en la formación del ciudadano y, eventual, de un profesional del arte.
Bobo muy bobo. Sin arte en la existencia queda la sujeción al pasivismo del menor bobeando atado a la compu, con mensajes de texto o quedándose “por ahí”.

MEMENTO. El mejor público de arte es el infantil. Percibe la obra puesto que belleza pura; sin adherir conceptos.

Publicado en la revista Recoleta Profesional Nº 11, 2006.



2

HAY QUE DIVERTIRSE MÁS

Es clásico. ¿Por qué a los niños les gusta la hamaca y el tobogán, hacer apuestas, practicar deportes, pintarse y disfrazarse? Porque es divertido. Divertere: desviar, alejar, apartar. Por un momento el divertimiento suspende la normalidad. Recrea. Como vivencia armoniza con la educación estética y la educación por el arte. Cuatro son sus categorías: ilinx y alea, agôn y mimicry. La hamaca y el tobogán participan del vértigo (ilinx), los deportes apuntan a la competición (agôn), las apuestas inducen al azar (alea), los disfraces crean otra personalidad (mimicri). Momentáneamente el divertimiento desvía, aleja y aparta la atención recreando una realidad simbólica. Después todo vuelve a la normalidad. El recreo, que nada produce, tampoco transforma. El divertimiento no previene, no educa, ni cura. Pero ayuda. Mantiene activa la primera infancia. Shake, rattel y roll. En cualquier edad lo estético del divertere hace menos gravosa la existencia. Por algo perviven la caída libre, los casinos y los hipódromos, los abiertos de tenis y las canchas de golf, los carnavales y los cabarets.

Publicado en la revista Recoleta Profesional Nº 10, 2006.


3

Shake, rattel y roll

¿Son los menores receptáculos abiertos a cualquier contenido? Cines y TV, cable y video-clubes, circos y otros circuitos consideran su experiencia artística como un entretenimiento. El mundo infantil ¿un tárget tontamente satisfecho? So pretexto de entretener al menor se atropella su senso-percepción con ruidos y colores carentes de propósito y dirección. Esto lo expone a la neurosis y la enajenación. Acorde a una primera infancia, activa como un sanísimo rock and roll, hay maneras vitales de vincular –formativamente, sin entretenimiento- la percepción infantil con momentos estéticos y experiencias artísticas preventivos de la salud física y mental.
La educación estética, vincula con la naturaleza, y la educación por el arte, vincula con la cultura artística. Nunca es demasiado temprano para empezar. Los conocimientos aconceptuales (intuitivos, no raciocinativos) creados por la estética y el arte generan las primeras conexiones en el cerebro modelando un carácter; la futura personalidad del individuo. Allí donde aún no hay significados y lo sensorial-perceptivo tiene primacía, se inscriben intensamente, con pureza, sus primeras experiencias vitales.
No todo es nutrición. También es estimulación. Retozar por el césped, pisar la arena, sentir el viento y el sol en la cara, el agua, oír los pájaros y al tren que pasa, el crepúsculo, el perro que ladra y pasear bajo la lluvia, son estimulaciones estéticas de la naturaleza. Cantarle al niño, bailar con él, llevarlo a un concierto, a galerías de arte, pasarle vídeos escogidos, la calesita y el cine son estimulaciones estéticas del arte. Para agitarse, sacudirse y enrollarse en emociones.
FUENTE: Encuesta Dana Coral –Rock and Roll (EAF, 2005)


Publicado en la revista Recoleta Profesional Nº 9, 2005.